lunes, 12 de agosto de 2013

El ánsar chico de Cecebre y otros más habituales

Las visitas ornitológicas a Cecebre suelen ser mucho más interesantes en invierno, cuando la variedad de especies es mayor debido a los ejemplares que llegan procedentes del norte de Europa. No obstante, el lugar es atractivo para las aves y las visitas inesperadas pueden ocurrir en cualquier momento.

Eso es lo que ha pasado con el ánsar chico (Anser erythropus) que lleva ya unos cuantos días en el embalse y que fue localizado previamente por Damián Romay y Xabi Varela, ornitólogos apasionados de los que, como aficionadillo que soy, aprendo cosas día tras día.



Este bonito ejemplar se ha integrado en un grupo heterogéneo de anátidas habituales en la zona, formado por ánades azulones y otras especies de ánsares. En ocasiones también he visto alguna barnacla unida al bando. El comportamiento de muchos de ellos, incluido el ánsar chico, es mucho más tolerante de lo habitual con la presencia de humanos cerca, lo que, unido a la época del año en que nos encontramos, plantea grandes dudas de que sea un ejemplar nacido en plena naturaleza.



El tiempo veraniego y la tranquilidad del lugar invita a dar buenas caminatas por la zona y disfrutar de la observación de otros moradores más comunes en la zona. En esta ocasión, el buitrón (Cisticola juncidis) y el somormujo lavanco (Podiceps cristatus) fueron los que se me pusieron a tiro.





Por su parte, los cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) que no han emigrado seguían en sus posaderos favoritos.



Y al caer la tarde llamó mi atención otro individuo, este de tierra firme, que me seguía con una mirada inquietante desde su palacio particular.




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