Ayer tuve la ocasión observar como nunca antes había podido hacer al pico picapinos (Dendrocopos major) sin necesidad de ir a buscarlos muy lejos, pues varios de ellos desarrollaban su actividad en una zona verde de Oviedo.
Siguiendo el sonido del tamborileo pude localizar a este macho, aunque la densidad del ramaje no permitió sacar una maravilla de fotos. Permaneció todo el tiempo en la misma posición, colgado de la parte inferior de una rama de un roble seco, sujetándose sin dificultad aparente.
Sin duda, la elección del lugar no era casualidad, pues se trataba de un árbol seco en mitad de una zona muy verde. La rama hueca hacía que el sonido del tamborileo retumbase mucho más, pudiéndose oir a una distancia considerable teniendo en cuenta el tamaño de esta ave.
En este caso, también me quedó claro que la finalidad del tamborileo era la comunicación entre los distintos individuos que había en la zona, pues cada vez que uno lo hacía, algún otro actuaba en respuesta. En el vídeo se puede apreciar el comportamiento de este macho y, subiendo el volumen, también se puede llegar a escuchar a otros ejemplares de fondo.
Qué guapo. Saludos
ResponderEliminarMuchas gracias, Pablo. Un saludo.
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