El ascenso a la cima más alta de la sierra litoral del Sueve se puede hacer desde el mirador del Fito, lugar que por sí mismo merece la pena visitar, ya que ofrece unas buenas vistas del variado paisaje asturiano compuesto por mar y montaña. A este mirador se puede llegar sin pérdida por la carretera AS-260, que une Colunga con Arriondas.
Ver mapa grande
Comenzamos la marcha por el lado opuesto del mirador, perfectamente señalizado como el sendero de pequeño recorrido PR AS-71.
La primera mitad de la senda transcurre por un terreno muy sencillo a través del cual apenas ganamos altura. El camino, de suelo un poco arenoso (pues estamos a un paso de la costa) está muy bien marcado y señalizado. Al inicio avanzamos entre grandes pinares con vistas a la costa cantábrica.
Los árboles van desapareciendo al mismo tiempo que las vistas al mar son sustituidas por un imponente paisaje de montaña, en el que se pueden apreciar algunos de los picos más destacados del Sueve, y en sus faldas el frondoso hayedo de La Biescona.
El amplio camino converge en la vega de Bustacu, donde llegaremos transcurrida apenas una hora desde el inicio de la marcha. Desde este punto ya se puede ver la cima del pico Pienzu, nuestro objetivo.
Un poste pretende indicar el camino a seguir, pero es mejor no hacerle mucho caso pues las flechas se mueven fácilmente con el viento y nos pueden confundir. Debemos seguir por un camino de tierra que asciende en dirección al Pienzu y en el que la pendiente ya es considerable. El sendero es inconfundible hasta que se llega a la majada de Beluenzu (925 m.), desde donde se puede disfrutar de abiertos horizontes hacia paisajes de Picos de Europa y cordales interiores de la región.
Desde aquí es posible volver a ver la cima del Pienzu, a mano derecha según hemos ascendido. El sendero se difumina y los últimos metros, los más duros, hay que hacerlos como buenamente se pueda, aprovechando los serpenteantes caminos marcados por el ganado, hasta que por fin, en unas dos horas, llegamos a la cima (1160,6 m.), coronada por una gran cruz metálica y una caseta anexa.
Es especialmente recomendable ascender esta montaña un día de cielo despejado para tener una buena visibilidad, pues la panorámica es espectacular, pudiendo contemplar de un solo vistazo el punto más alto de la geografía asturiana, así como el lugar más bajo de la misma (Torrecerredo y la rasa costera de Colunga, respectivamente).
Además, como premio adicional, no es difícil encontrarse con alguno de los numeroso grupos de gamos que moran por esta sierra. Esta especie fue introducida con fines cinegéticos y se ha adaptado tan bien que incluso se han planteado problemas de sobrepoblación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario