jueves, 10 de abril de 2014

Escribano palustre: primer (y breve) contacto

Caminando junto a los carrizales del río Sisalde, en Arteixo, uno siempre va pensando en poder ver al escribano palustre (Emberiza schoeniclus). Saber que allí se encuentra uno de los últimos reductos de esta especie en la región, donde sólo unas pocas parejas logran reproducirse, le da mayor valor al avistamiento. El pasado 29 de marzo, un día muy gris en lo meteorológico, pude localizar a una pareja en uno de los huertos aledaños. Lejano y fugaz, lo justito para sacar unas pocas fotos testimoniales (la mayoría de ellas para borrar directamente), y segundos antes de perderlos de vista bajo una intensa lluvia.

Sirva de ejemplo la siguiente fotografía para comprobar el esfuerzo visual que hay que hacer para encontrar a estos pequeños pájaros cuando se mueven por el suelo o entre la vegetación:


La tarea es mucho más fácil si se amplía la imagen:



Y eso teniendo en cuenta que se trata del macho, que luce su plumaje más llamativo en esta época del año. No incluyo fotos de la hembra, pues prácticamente ni se apreciaba su presencia.

El encuentro me supo a poco, pero me fui con la confirmación de saber dónde viven y conociendo algunas de sus costumbres, por lo que espero que en breve se repita en mejores condiciones. De todos modos, un paseo por la naturaleza siempre es agradable y estoy convencido de sus grandes beneficios para la salud. Si la gente saliese más a pasear por el campo, se reducirían los niveles de estrés y los crecientes consumos de ansiolíticos y antidepresivos, tan ligados al estilo de vida actual. Si a ello se le suma el ejercicio visual y auditivo de observar las distintas formas de vida que nos rodean, el plan sólo tiene ventajas.

En cualquier caso, no todos son tan esquivos como el escribano palustre, y durante mi paseo también me acompañaron otras especies, como este diminuto chochín común (Troglodytes troglodytes), que no paraba de cantar entre las ramas:


O este verderón común (Carduelis chloris), la única ave que pude fotografiar decentemente en la impenetrable "jungla" de carrizos:


Para terminar la caminata, ya junto al mar y con otro tipo de paisaje, este bonito macho de pardillo común (Carduelis cannabina) me regaló una preciosa estampa:



5 comentarios:

  1. Hola Juanda.

    ¡Enhorabuena! Yo he ido un par de veces durante la última quincena albergando en un rinconcito la esperanza de encontrarme con el escribano palustre, de momento no ha podido ser...

    Aunque viendo tu primera foto tendré que ir con los ojos hiperabiertos. xD xD

    Un abrazo,

    Rafa.

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    1. Hola Rafa,
      Así es, hay que ir muy atento, pero tengo la esperanza de que en esta época pierdan un poco su timidez y sea un poco más fácil verlos. Aún así, lo he vuelto a intentar en otra ocasión y nada de nada.
      Un abrazo.

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  2. Genial Juanda!Hay un macho cantor en el humedal desde comienzos de Marzo...a ver si se vuelve a confirmar un año más la reproducción, aunque no creo que tenga mucho futuro. Un abrazooooo!!!

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    1. Me parecía que la época era buena para localizarlos, pero tras pasar unas cuantas horas en la zona en las últimas semanas, ya me he dado cuenta de que no es nada fácil! Esperemos que sí salgan adelante! Un abrazo!!!

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  3. Realmente ahora la pareja es difícl de detectar. Si el macho está cantando puedes intentar localizarlo en lo alto de un carrizo o un sauce en medio del humedal. Cuando realmente se ven bien, expuestos y en buen número es en invierno (pero claro, no son "lusitanica"). Abrazos!!!

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