jueves, 4 de febrero de 2016

Despedida y cierre

Cuando era niño, me fascinaba la serie El Hombre y la Tierra, algunos de cuyos capítulos, grabados de mala manera en el Betamax, veía una y otra vez. Luego vinieron los documentales rodados en lugares más lejanos, también apasionantes.

Rodeado de asfalto, crecí con la idea de que todo aquello era algo lejano, al alcance de unos pocos elegidos. Un poco como las películas, que contaban historias que podían ser reales, pero que no formaban parte del día a día del común de los mortales, y mucho menos de mi día a día.

En la guardería me entretenía buscando insectos en la tierra de las jardineras. Gracias a las indicaciones de otras personas, por la calle era capaz de distinguir gorriones, palomas, bruxas (lavanderas), o ñerbatos (mirlos). En la playa (siempre en verano) sólo había gaviotas ("gaviotas" en general, todas iguales). Lo demás, pasaba desapercibido para mí.

Tarabilla común

En los medios decían que aún quedaban unos pocos osos que, junto con urogallos, lobos y salmones, formaban el equipo de especies representativas de la región. Ni se me pasaba por la cabeza que las experiencias que narraba Félix se pudiesen vivir, al menos en parte, en primera persona. No sabría ni a dónde ir.

Oso pardo cantábrico

Al menos, estaba el parque de Isabel la Católica y todas esas especies de patos a las que un día un cuidador me enseñó a ponerles nombre. Palabras como ánade real, focha, porrón o zampullín fueron novedad en mi vocabulario. Hasta ese momento, sólo me habían enseñado a identificar a los más populares, como eran los cisnes y los gansos.

Pato mandarín en la playa de Sada

Más tarde, ya en época del instituto, los métodos adoptados por los profesores hicieron que huyese de asignaturas como biología, no estoy seguro de si por suerte o desgracia. Resolver problemas de matemáticas o física me resultaba más entretenido que memorizar y repetir textos. Luego vino una época centrada en los estudios y en el progreso laboral.

Afortunadamente, y aunque ya me pilló mayorcito, mi independencia económica me permitió tener una mayor libertad de movimientos que, no sin algún que otro bandazo previo, terminó donde tenía que terminar: retomando mi pasión por la naturaleza. Al principio sólo eran simples paseos, que se convirtieron en rutas cada vez más complejas. La curiosidad hizo el resto.

Vanessa atalanta

Marta

Recuerdo una caminata por las cumbres de la sierra del Aramo. Era marzo de 2012, hace 4 días, como quien dice. Llamaron mi atención una especie de surcos retorcidos en la tierra. Cuando vi lo abundantes que eran, recuerdo haber pensado: "cómo me gustaría saber cuál es el origen de esto". Unos meses después, supe que eran los restos de las galerías de topillo nival (Chionomys nivalis), que quedaban al descubierto tras fundirse la nieve.

Internet hacía que todo fuese mucho más fácil. Supe que en España se podían ver cientos de especies de aves (cientos!). También supe, con cierta sorpresa, que muchas sólo venían en invierno. Hasta entonces, había aprendido que el invierno era una época de clima desagradable, en la que había pocas cosas que hacer fuera de casa o los entornos cerrados. Me enteré de que existían las guías de campo, y de que había gente que sabía un montón acerca de esas cosas. También fui consciente de que, con perseverancia, no era tan difícil ver un oso o una nutria salvaje.

Nutria europea

Búho campestre

Chorlito carambolo
Salamandra rabilarga

Víbora de seoane

Decidí empezar a escribir en este blog, poniendo en orden y compartiendo mis experiencias y aprendizajes en el medio natural. A base de errores, fui ampliando mis conocimientos, al mismo ritmo que crecía el círculo de personas que tuve la suerte de ir conociendo y que compartían mi afición por la naturaleza. Tres años y ocho meses después, ni mucho menos puedo decir que sea un experto, ni tengo intención de serlo. Pero puedo asegurar que hay mucha más riqueza en mi vida, aunque no de la económica. Pues el contacto con la naturaleza me ayuda a relajarme, a agudizar mis sentidos, a seguir aprendiendo cada día, a comprender mejor el mundo en que vivimos, a conocer gente fascinante, a valorar la riqueza y diversidad de lo que nos rodea y el daño que a menudo le hacemos (aunque sea por ignorancia), a entrenar mi capacidad para asombrarme, a conectar conmigo mismo...

Halcón peregrino

Zarapito trinador

Lo que no he conseguido es darle continuidad a este blog. El material y las ideas acumuladas son mucho mayores que el tiempo disponible y la inspiración para compartirlas, por lo que he decidido dejarlo, al menos temporalmente. Sólo queda dar las gracias a todo el que haya pasado por aquí. A los que comparten afición, espero al menos haberles aportado algunos minutos de entretenimiento y ojalá, nos conozcamos personalmente o no, podamos en el futuro compartir experiencias. Para el resto, los que parten de cero, de una desconexión total con el mundo natural, igual que me ocurría a mí hace unos años, me conformo con que alguna de estas líneas sea capaz de despertar algún interés, de esos que nacemos con ellos pero el transcurrir del tiempo va enterrando poco a poco. Porque se necesita más naturaleza en nuestras vidas.

Hasta aquí ha llegado "En Verde y Azul".

viernes, 22 de enero de 2016

Historias de gaviotas

Si bien nuestras gaviotas patiamarillas no son grandes viajeras, la nueva web del proyecto de anillamiento de Hábitat nos cuenta algunas historias curiosas. Con los datos recabados a día de hoy, y desde mi perspectiva nada científica, a primera vista me han llamado la atención algunas situaciones.

Anillando pollos de gaviota patiamarilla. Foto de Grupo Naturalista Hábitat.

La primera de ellas es que estas gaviotas están a gusto en su lugar de origen, pues tienden a permanecer cerca de su lugar de nacimiento. Buenos ejemplos de ello son ZR1S y ZR2S. Esta última tiene más de 3 años de edad y ha sido vista nada menos 106 veces hasta la fecha, pero su radio de acción parece ser muy reducido.

Reducida zona en que se suele ver a ZR2S
Sin embargo, el hecho de que se las suela ver por la zona no es porque no tengan la capacidad de hacer grandes desplazamientos. La mayoría de las que deciden emprender un viaje de cierta envergadura, terminan por volver a su tierra natal, como le ocurre a ZR5T que, como muchas otras, en su día decidieron volar hasta Portugal, pero acabaron por volver.

Tabla de avistamientos de ZR5T, que bajó hasta Lisboa y volvió al mismo lugar en que nació
Es curioso también que, a falta de un estudio más riguroso, da la sensación de que estos viajes largos los realizan en su primer invierno y después deciden hacerse más sedentarias. Quizá la mayor experiencia y habilidad para conseguir alimento les evite tener que desplazarse. Claros ejemplos de este comportamiento son ZR0P, ZR1B, y ZR3F.

Gráfico de desplazamientos de ZR3F, que bajó a Portugal al poco de nacer, pero no hay constancia de que haya vuelto a hacerlo
Aunque siempre hay contraejemplos, como el de ZR5B, que parece que se encuentra bien en los alrededores de Porto y allí se ha quedado.

Las que más lejos han llegado hasta el momento han sido ZR3W, avistada frente a la costa de Cádiz, y ZR7N, que alcanzó el Algarve portugués.

ZR3W ha cruzado toda la Península Ibérica
Otro ejemplo claro de que estas aves están diseñadas para emprender largos viajes es el de ZR7M, que fue vista en Porto, después en el Cantábrico, mar adentro, para regresar a Porto en unos pocos días. Cuántas veces lo harán sin que nos enteremos!

ZR7M realizó grandes desplazamientos en pocos días

También me resulta llamativa la tendencia a desplazarse al país vecino, viajes mucho más frecuentes que las incursiones por la costa cantábrica. Supongo que el Cantábrico no les ofrece nada nuevo respecto a su lugar de origen, mientras que en Portugal quizá encuentren un clima más benigno en periodos de invierno. Pero, como ocurre en toda especie, siempre se encuentran ejemplos de individuos que llevan la contraria, como ZR6V, que fue vista en mi querida playa de San Lorenzo (Gijón).

Cuántas historias nos podrían contar nuestras aves! Nos tendremos que conformar, que no es poco, con las historias que nos cuentas sus anillas, gracias a la gente que las observa y lo comparte.

martes, 19 de enero de 2016

Nueva web para la gestión de anillas de Hábitat

Después de varios meses de trabajo, el pasado 16 de enero al fin se hacía pública la nueva plataforma para la gestión del proyecto de anillamiento de gaviotas del Grupo Naturalista Hábitat. Se trata de un trabajo que me ha permitido aplicar algunos de mis conocimientos adquiridos en el mundo laboral a mi pasión, que no es otra que la naturaleza. Y qué mejor manera de unir ambos mundos que ayudando a Hábitat, asociación modesta, pero en continuo crecimiento, integrada por gente tan entusiasta y afable, que cada día me alegro más de que se haya cruzado en mi camino. Desde este humilde rincón del ciberespacio, animo a toda persona a conocer el grupo y asistir a cualquiera de las actividades que organiza.

Página de inicio de la web

La plataforma desarrollada permite la consulta y enriquecimiento de la base de datos de aves y anillas de Hábitat a través de una aplicación web, accesible en las URLs http://anillas.gnhabitat.org o http://anelas.gnhabitat.org. A grandes rasgos, los objetivos que he tenido en mente desde que la idea comenzó a rondar mi cabeza, son los siguientes:

  • Una mayor velocidad de respuesta (inmediata) al usuario que reporta la cita. Por lo que he sabido, en este tipo de proyectos lo habitual es que el observador de la anilla se comunique vía correo electrónico con los reponsables del anillamiento, que pueden tardar un tiempo en procesar la información y enviar una contestación, que normalmente incluye el historial del ave implicada. Con este sistema, la historia vital de cada gaviota se puede consultar en cualquier momento, y la nueva cita introducida se incorpora de manera inmediata a la base de datos.

  • Liberación de carga de trabajo a los responsables del proyecto, que hasta ahora tenían que:
    1. Recibir los datos por e-mail u otro medio.
    2. Introducirlos en la base de datos.
    3. Generar los documentos con la historia vital.
    4. Enviar la respuesta al usuario que ha proporcionado los nuevos datos.
    5. Opcionalmente, enviar el historial a los lectores anteriores de la misma anilla.

    Con la nueva plataforma, sólo tendrán que validar los datos que los usuarios introduzcan directamente en la web.

  • Ofrecer un lugar de visibilidad pública en el que cualquier persona interesada pueda consultar información relacionada con el proyecto. Se ha decidido, además, que la consulta de las historias vitales de las aves sea abierta, sin necesidad de registro previo. Con ello se contribuye a que de este tipo de proyectos sean conocidos entre el público general, y no sólo entre los aficionados a las aves.

Historia vital del ave con tabla de datos y mapa

Gráfica de desplazamientos y galería de fotos

Y en definitiva, se trata de aportar mi pequeño grano de arena al mundo de la ornitología, y de la conservación de la naturaleza en general. Habrá merecido la pena si se consigue que una sola persona comience a apasionarse con las historias que nos cuentan estas gaviotas y sus anillas. En la siguiente entrada hablaré de algunas de ellas.

¡Todos a leer anillas!
Y si es verde y empieza por ZR, a registrarla en la nueva web :)

jueves, 1 de octubre de 2015

El flamenco del puerto exterior

Poco más se puede decir de este flamenco despistado, pues su presencia en un lugar tan atípico (en todos los sentidos), llegó incluso a los medios de comunicación locales:
La Voz de Galicia: Un flamenco, en el puerto exterior
La Opinión de A Coruña: Un flamenco en Langosteira
Por su aspecto, sabemos que este joven flamenco común (Phoenicopterus roseus) nació este mismo año. Suponemos que lo hizo en una de las colonias reproductoras del sur de la Península Ibérica. Lo que nunca sabremos son las aventuras que, a su corta edad, habrá vivido hasta llegar mucho más lejos que sus congéneres.



A sabiendas de que sólo se podía observar a gran distancia, el pasado 9 de septiembre salí en su "búsqueda". Lo de búsqueda lo entrecomillo porque ya sabía que lo habían visto un par de días antes en el puerto exterior, pero ya que el lugar no me resultaba muy atractivo, decidí no preguntar exactamente el lugar donde se encontraba, así la cosa tenía más emoción. Y como el puerto es grande y no permiten el acceso sin autorización, la verdad es que el paseo estuvo entretenido.

Finalmente allí estaba, ajeno a los operarios, grúas y camiones. Alimentándose en una charca, consecuencia de los rellenos artificiales, igual que si estuviera en Doñana o en un lago africano de los que se ven en los documentales. Al fin y al cabo, comida para él.


Recomiendo ver el video hasta el final, donde se puede apreciar el peculiar entorno en el que este flamenco decidió pasar unos días. Espero que en este momento ya esté en un sitio más apropiado para él.

viernes, 25 de septiembre de 2015

Anillando aves

El pasado 19 de septiembre tuve la oportunidad de disfrutar de una amena sesión de anillamiento de aves, enmarcado dentro del conjunto de actividades, altamente recomendable, de la Escuela de Naturalistas que organiza el Grupo Naturalista Hábitat. La cita era en el embalse de Cecebre, donde la densa niebla que nos recibió a primera hora de la manaña, pronto se disipó con los primeros rayos de un sol que se iba a imponer a lo largo del resto de la jornada.

Amanecer en Cecebre

El agua estaba como una lámina totalmente lisa

Bajo la niebla empezaron a aparecer las aves acuáticas

El anillamiento científico de aves consiste en la colocación de una anilla en la pata de un ave salvaje. Esta anilla lleva impreso un código alfanumérico que permite identificar unívocamente al ave que la porta, así como a la entidad responsable de su colocación.

Anillas para pequeños paseriformes, listas para ser colocadas

En función de la especie o especies objetivo del estudio, existen diversos métodos para la captura de las aves. En este caso, se emplearon las redes japonesas, que deben quedar montadas y ubicadas en lugares estratégicos antes de la salida del sol.

Red oculta entre la vegetación

Red cerca del agua, en la que suelen caer limícolas

Ya en la primera ronda de revisión de las redes, se recogieron los primeros ejemplares. Mientras desenredaban cuidadosamente a las aves atrapadas, los componentes del Grupo de Anillamiento Píllara, que se encargaron de desarrollar la actividad, recalcaban la condición indispensable de que el bienestar de las aves está por encima de cualquier otra cosa durante el ejercicio de anillamiento.

Chicho desenredando un chochín (Troglodytes troglodytes)

La colocación de las anillas va siempre acompañada de la toma de diversos datos relacionados con el instante de la captura (lugar, fecha, hora...) y con distintos aspectos biológicos del ave (especie, sexo, edad, medidas del ala y tarso, peso, índices de grasa y musculatura, existencia de placa incubatriz indicadora de que el ave está criando, etc). En esta sesión especial de anillamiento, los alumnos de la Escuela de Naturalistas iban recibiendo la pertinente explicación de cada acción ejecutada por los anilladores.

Manolo manipulando aves con soltura y explicando cada paso

Medición del ala

Examen del plumaje

Medición del tarso

Pesaje del ave

Elia, alumna aventajada, tomando nota de todo

Es habitual que algunas de las aves que quedan atrapadas en las redes ya hayan pasado por la experiencia previamente, y porten una anilla colocada en ejercicios anteriores. Son casos muy interesantes, pues los datos tomados pueden compararse con los recogidos anteriormente para el mismo individuo, con lo que es posible conocer cómo ha evolucionado con el paso del tiempo. Si se trata de una especie sedentaria, lo habitual es que haya sido anillada en el mismo lugar y por el mismo grupo de anillamiento. Sin embargo, también se dan casos de aves migratorias que han sido anilladas en lugares muy lejanos (por ejemplo, los pájaros moscones suecos que fueron vistos en Cecebre este mismo año).

Petirrojo europeo (Erithacus rubecula) con anilla

La recolección y análisis de todos estos datos permite obtener valiosas conclusiones acerca de la biología de las aves anilladas y las poblaciones a las que pertenecen, como pueden ser su longevidad, tasas de mortalidad y supervivencia, evolución de las poblaciones, patrones de movimientos migratorios, etc. Todo ello es muy interesante pues, como buenos bioindicadores que son, los cambios en el comportamiento de las poblaciones de aves pueden ponernos en alerta ante los desequilibrios que puedan haber sufrido los ecosistemas en los que habitan. Asimismo, este conocimiento extraido del anillamiento científico puede utilizarse para contribuir a la conservación de las propias especies estudiadas.

Cetia ruiseñor (Cettia cetti)

Acentor común (Prunella modularis)

Tras la colocación de la anilla y la toma de datos, el ave siempre se vuelve a liberar, un momento que siempre despierta cierta emoción, por muchas veces que uno lo haya vivido con anterioridad.

Ismael despidiéndose de un amigo

Ajenos a nuestra tarea, a nuestro alrededor también se podían observar multitud de aves de una buena cantidad de especies diferentes. En el agua, desde primera hora se podían ver zampullines comunes (Tachybaptus ruficollis), somormujos lavancos (Podiceps cristatus) y ánades azulones (Anas platyrhynchos). Sobre sus cabezas, centenares de golondrinas comunes (Hirundo rustica) se afanaban en coger fuerzas para emprender su largo viaje hacia el sur.

Somormujos lavancos (Podiceps cristatus)

Al contrario que las golondrinas, los cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo) nos visitan en invierno, y los más tempraneros ya estaban aquí. En cuanto el sol comenzó a calentar un poco, abandonaban sus dormideros por decenas.

Cormoranes grandes (Phalacrocorax carbo)

Un rápido vistazo a la orilla del pantano solía ser suficiente para detectar la presencia de otro tipo de especies, como la lavandera blanca (Motacilla alba) o el andarríos chico (Actitis hypoleucos). Ese día, ningún ejemplar de estas especies cayó en las redes.

Andarríos chico (Actitis hypoleucos)

Minutos más tarde de que se desperezasen los cormoranes, varias garzas reales (Ardea cinerea) realizaban el mismo camino, seguramente para compartir zonas de pesca con ellos, pues son buenos aliados que se benefician mutuamente.

Garza real (Ardea cinerea)

La mañana fue pasando muy entretenida y se siguieron anillando aves de distintas especies.

Agateador común (Certhia brachydactyla)

Agateador común (Certhia brachydactyla)

Carbonero garrapinos (Periparus ater)

Reyezuelo listado (Regulus ignicapilla)

Mito (Aegithalos caudatus)

Algunas de ellas, por su vistosidad, levantaban bastante expectación entre los asistentes. El martín pescador (Alcedo atthis) fue objeto de un buen número de fotografías.

Martín pescador (Alcedo atthis)

Sesión fotográfica al martín pescador

Durante el camino a las sucesivas visitas a las redes es recomendable ir con los ojos bien abiertos. En lugares como Cecebre, en cualquier rincón podemos descubrir una bonita escena. Mientras íbamos pendientes de la nutria que acababa de pasar frente a nosotros, nos topamos con dos chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula), especie limícola que no se ve todos los días en este embalse.

Chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula)

Se trataba de dos ejemplares jóvenes, nacidos hace unos meses

Ver las aves en la mano permite observar detalles que no siempre es posible apreciar, aunque se trate de especies habituales en nuestro entorno. Tuvimos la ocasión de comparar con todo lujo de detalles el plumaje de un adulto de petirrojo (Erithacus rubecula) con el de un joven nacido este año.

Petirrojo adulto (abajo) y joven (arriba)

Y más completa aún fue la comparativa entre sexos y edades de la curruca capirotada (Sylvia atricapilla).

Macho adulto (izquierda), macho joven (centro) y hembra adulta (derecha)

Sin ser un día de grandes números en cuanto a ejemplares y especies anilladas, la actividad fue, para todos los asistentes, una ocasión excepcional para aprender cosas nuevas acerca de la naturaleza que nos rodea, y poder disfrutar de ella con la mayor cercanía posible. Desde aquí animo a todo el mundo a participar en este tipo de actividades y en iniciativas como la Escuela de Naturalistas de Hábitat.

Nombre científicoNombre comúnTotal de ejemplaresRecapturas
Troglodytes troglodytesChochín comúm54
Erithacus rubeculaPetirrojo europeo42
Prunella modularisAcentor común2
Cettia cettiCetia ruiseñor2
Alcedo atthisMartín pescador2
Regulus ignicapillaReyezuelo listado1
Certhia brachydactylaAgateador común1
Aegithalos caudatusMito común11
Periparus aterCarbonero garrapinos1
Sylvia atricapillaCurryca capirotada31

Y cuando ya lo teníamos todo recogido y nos despedíamos hasta otro día, el colofón lo puso una imponente águila pescadora (Pandion haliaetus) que se dejó ver a muy poca distancia e incluso se lanzó al agua para intentar capturar un pez. Uno más para la lista de recuerdos de un gran día.

Foto de grupo de los asistentes a la jornada