miércoles, 8 de mayo de 2013

Limícolas de viaje

Hace poco leí una noticia que afirmaba que la gran mayoría de las personas exagera y presume en exceso al hablar de sus viajes. La presunción, una de esas características exclusivas de la raza humana. Y no quedamos en muy buen lugar si nos comparamos con estas pequeñas aves que, dos veces al año, son capaces de salvar la distancia que separa el continente africano de la tundra ártica. ¡Cuántas playas y parajes bonitos podrían contarnos que han visto! Y eso sin recurrir a los vuelos baratos...

Estos días pasados, las costas de Asturias y Galicia han recibido la visita de millares de limícolas en paso prenupcial. Las obligaciones laborales no me permitieron disfrutar de los mejores días, pero el fin de semana me acerqué a Baldaio y, a pesar de la afluencia de personas, perros sueltos y hasta caballos, las aves aún se contaban por cientos.


Las agujas colipintas (Limosa lapponica) andaban desperdigadas por toda la zona, aprovechando para alimentarse y coger fuerzas antes de continuar su viaje. Su plumaje veraniego las hace aún más vistosas que en invierno, y también permite diferenciar con facilidad a los machos de las hembras.





Había una gran concentración de zarapitos trinadores (Numenius phaeopus), que en este caso descansaban permaneciendo inmóviles en su gran mayoría. Para no molestarlos, sólo los fotografiamos a contraluz.




A mayor distancia se podían ver otras especies, a las que decidimos no acercarnos para no interferir en la labor de un par de fotógrafos que esperaban pacientemente tumbados sobre la arena mojada. Sin duda, los más numerosos eran los correlimos comunes (Calidris alpina), aunque también pude identificar chorlitejos grandes (Charadrius hiaticula) y algún correlimos gordo (Calidris canutus). Sirva esta lejana foto de ejemplo testimonial.


Ya de vuelta y con el sol escondiéndose, un par de vuelvepiedras comunes (Arenaria interpres) lucían espléndidos con la muda del plumaje muy avanzada.

4 comentarios:

  1. Hola Juanda, buenos días.

    Muy bonitas fotos, incluso las que están a contraluz. Yo también fui al día siguiente a Baldaio en busca de limícolas (me quedan fotos por editar y seleccionar, supongo que para la próxima semana publicaré la entrada); por cierto, hubieron varias levantadas debido principalmente a los perros y a los niños aunque éstos en realidad no eran los culpables...

    Un abrazo,

    Rafa.

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    1. Gracias Rafa, estoy deseando ver las tuyas! Yo también vi varias espantadas, sobre todo por la gran cantidad de perros que había. Supongo que es cuestión de educación y prioridades: hay gente para la que lo más importante es su perro y lo demás no importa. Ni las aves, ni las demás personas.
      Un abrazo!

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  2. Hola compañeros!!
    Yo me perdí "lo gordo" de la sedimentación execepcional en Baldaio....estaba fuera toda esa semana. Lo de los perros (y caballo, y cohes, y gente...) es tremendo en Baldaio. De hecho, yo hace años que no voy en días de buen tiempo fuera de las primeras horasl del día, ya que acabo desquiciado....Unas fotos muy chulas. A ver si me puedo apuntar a vuestra próxima quedada. Saludos!!

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    1. Hola Xabi!
      Lo fácil que debería ser la convivencia y lo complicado que lo hacen algunos!
      Eso, a ver si coincidimos pronto.
      Saludos!

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